COMENTARIOS DE LOS LECTORES

 

 

D. Julio Calvet Botella, magistrado,  escritor y gran amigo, ha tenido la gentileza de hacer el siguiente

comentario en Facebook, a propòsito de la publicaciòn de mi artìculo "Gibraltar, siempre español", 

lo que agradezco muchìsimo su amabilidad. lo inserto a continuaciòn.

 

Querido Antonio Colomina Riquelme. He leído tu artículo "GIBRALTAR, SIEMPRE ESPAÑOL: en el espacio Voces y miradas y en el espacio Tribuna de hoy, jueves 7de septiembre de 2023 del periódico información de Alicante. Y no puedo por menos que felicitarte efusivamente. Tú que entre otras virtudes profesas la de la verdad, haces en tu artículo el desarrollo Histórico y situación de Gibraltar encomiable. Se entiende todo y con claridad, y nos despejas las dudas que muchos presuntos historiadores nos crean en sus comentarios ideologizado. Tu, además, sin decirlo, conoces muy bien la realidad del lugar vivencialmente, y cuando refieres a esa situación de que "Las ciudades de Gibraltar y de la Línea de la Concepción están unidas indisolublemente por lazos de consanguinidad y económicos, el idioma habitual entre ellos es el español con acento andaluz", lo dejas claro. Y al final acabas diciendo que "las llaves del Peñón, aunque les pese, las tiene España"

Comparto tu artículo, comparto tus conclusiones y me alegro mucho de que tu saber, y tu verdad se recoja en tan importante sección del periódico alicantino.

Un abrazo muy fuerte Julio Calvet.

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Finita Felices 

hace el siguiente comentario por Redes Sociales a propósito de mi artículo

CRUZ DE MAYO

 

Hola amigo Antonio.

 

Envidio esa memoria que tienes para recordar cualquier cosa que pasó hace tantos años. Eso me hace recordar a mi y me encanta.  Yo tengo una memoria pésima pero, con el más mínimo detalle, ya lo veo pasar todo por mi mente como una película. Cómo nos esmerabamos en  lo que nos correspondía hacer para que todo quedara perfecto.  Eres el oriolano ausente más oriolano, valga la redundancia, de todos los que conozco. No nos podemos hacer ilusiones con la esperanza de recuperar alguna de estas celebraciones, han pasado a la historia y no están los tiempos para según qué cosas.  Esta publicación,  como todas las tuyas, muy interesante. 

¡Muchas gracias!

Un fuerte abrazo.

Finita Felices

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Manuel Ramón Vera Abadía

Historiador

 

Comentario al artículo de la revista OLEZA-Semana Santa 2023

Firmado por Antonio G. Colomina Riquelme

 

Estupendo tu artículo de Oleza, Como siempre. Debo confesar que aunque algunas de las cosa que relatas me sonaban por haberlas oído contar a mi madre o a mis tías. Tu artículo ha sido un texto novedoso casi balsámico para el alma, y es que tus textos son siempre ligeros pero alimenticios. Con un ritmo que hace que la lectura pida cada vez más narración. El tuyo y el del amigo Julio Calvet y el de su prima María Dolores es de lo que más me ha gustado en este número.
 
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Manuel Cañizares Llanes, Antropólogo (Alicante)


COMENTARIOS AL LIBRO 
"COMO LA SEDA Y EL ESPARTO" 

Memorias de un zagal de la posguerra
De Antonio Colomina Riquelme



 

    Amigo Antonio, he disfrutado tu último libro de una forma muy especial. Me gusta mucho cómo has llevado todo el relato hasta un final sorprendente, en el que en un futuro de tecnología le asaltan a Javier (Antonio) las eternas dudas del hombre en busca de la verdad, que sólo pueden ser sustentadas con grandes dosis de fe, huyendo de analíticas racionales.

    He identificado cada nombre y cada lugar de nuestra querida Orihuela, no en vano, aunque un poquito más joven, yo también soy un zagal de la posguerra.

    Felicidades, porque me has hecho disfrutar con tu novela y con tu inmenso amor por nuestra tierra.

    Recibe un fuerte abrazo.

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José Rafael Manuel Sabaté, desde Manresa (Barcelona). Febrero 2010 
 

ACERCA DE UN ZAGAL DE LA POSGUERRA… 

 

   He aquí una historia vivida. Lo “mucho” fue real. Lo “poco” hubiera podido ser y no fue.

  De cómo un libro, una narrativa,  nos  acerca íntimamente a una singular localidad levantina, con sus calles, sus plazas, su arquitectura, sus monumentos religiosos; sus costumbres con eco ancestral y su entorno como paisaje de fondo. Y lo que es más, sus gentes, con personajes característicos de sus profesiones y labores, -la mayor de las veces con nombre y apellido-. Situaciones que desgranan todo el quehacer cotidiano a ritmo y compás de las cuatro estaciones del calendario. Una forma de entender cada una de ellas y casi tanto como poder saborear sus aromas característicos.

   El autor ha querido plasmar un eco de su juventud y, evidentemente lo ha conseguido. También de su adolescencia, incluso de su “tercera edad”. Un conjunto de tiernas vivencias familiares –a veces no- que a más de un lector habrá conmocionado hasta el extremo de haberse sentido identificado. Resultan maravillosas las numerosas citas de gente “conocida” –sólo por los propios oriolanos- aunque en la forma que se describen llega a presumirse su figura sea popular o no. Porque se trata de una crónica documental con respeto.

   Cada página del libro, en suma, es un homenaje a Orihuela, a su gente, a la amistad y de manera profunda al núcleo familiar, con elementos inevitables, a veces accesorios de una época de posguerra. Muchas otras latitudes y acontecimientos son complementarios para la “construcción” de las memorias que han sido hilvanadas con sencillez pero con gran emotividad temperamental. En las páginas finales incluso ahonda en una inquietud teologal, casi inesperada.

  El tal zagal Javier nos demuestra que de veras ama a Orihuela y de paso nos ha enseñado a aprender a querer una ciudad con todo lo que en su interior se “cuece”, desde la casa de gobierno, los comercios, entidades, cafés y bares, ocio, tradiciones folklóricas y de fe, sin olvidar a la más humilde  presencia humana. Es bien cierto que a partir de este entrañable y evocador documento, muchos orcelitanos habrán gozado de revivir su infancia. Pero es que igualmente nos ha ocurrido a los foráneos haciendo un símil con nuestras lares.

  Un complemento gráfico muy acertado es el que acompaña alguno de sus capítulos, con una reverente presencia familiar y también del propio “Javier”-de niño y de mayor-, sin olvidar imágenes de Madrid, del Sáhara, Alicante y de su “Orihuelica del Señor”.

   Felicito a Antonio Colomina Riquelme, estoy seguro que todos sus coetáneos deben estar orgullosos de su labor, y,  también seguro que lo estaría Azorín.

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 Ramón Fernández "PALMERAL" es pintor, poeta, escritor y conferenciante. Alicante, 4 de enero 2010


Comentarios a “Como la seda y el esparto” de Antonio Colomina Riquelme


 



   “Corría el verano del año 1940, el reloj de la torre de santa Justa daba las campanadas de las 3. la ciudad dormía plácidamente…” Así comienza la narrativa, más que novela del oriolano Antonio Colomina Riquelme. No es una novela propiamente dicha ya que no tiene planteamiento de intriga, ni trama, ni desenlace con crimen por medio. Son las aventuras de Javier Celdrán, un joven oriolano de posguerra, una historia cuyo alter ego tiene grandes coincidencias con la vida de su autor, lo cual le da una gran verosimilitud a la historia que se desarrolla en doce capítulos. Con prologo de su paisano el magistrado y escritor Julio Calvet Botella.
    La obra ha sido publicada en la Editorial ECU (Alicante), 2009. Con fotografías que ilustran la obra y son una acierto, puesto que el lector recibe información de primera mano, y ayuda sobre manera a recuperar una parte de nuestra historia.
   "Como la Seda y e esparto. Memoria de un zagal de la poguerra", se narra en tercera persona de un narrador omnisciente, tiene un estilo directo, sencillo y claro con abundantes anécdotas y curiosidades que nos adentran en un mundo pasado cercano, con la curiosidad de que en el último capítulo hace una entrada en el futuro y nos sitúa al personaje en el 2025.
   El título del libro “La seda y el esparto” son productos que proliferan en esa tierra del sureste de España, regada por el Segura, o el “Segral” de Gabriel Miró, tierra que poetizo el maestro alicantino en sus inmortales obras. Y la obra Colomina hace gala de este título, pues una veces nos cuenta anécdotas agradables y otras duras como la vida misma.
Javier Celdrán hace pinitos en política con al UCD, durante la Transición española, la abandona por desacuerdos y regresa a su empleo de banca, durante un nuevo destino e Monóvar se hará aficionado a la literatura le gusta el estilo directo de Azorín, que no por directo y sencillo deja de ser complicado de llevar a la superficie del intelecto, y Javier nos cuanta la etapa en que trabajó en Monóvar y las visitas a la Casa-Museo de José Martínez Ruiz (Azorín).
    Para no cansar mucho al lector mi recomendación es que lean la obra, no les defraudará, es una obra realista, entretenida, que aporta curiosidades de las costumbre de su Orihuela, como aquella de la matanza del cerdo, las frecuentes riadas del Segura o las muchas y divertidas historias de la mili.


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Hilarión Lillo Roche, escritor oriolano (Buenos Aires - Argentina)


 

       Querido Antonio: He leído tu libro de un tirón y me ha gustado mucho. Como sé el trabajo que lleva un libro me imagino tu satisfacción al haber logrado, con éxito, tu primera narración larga. Nada puedo agregar al prólogo de Calvet (quizás demasiado breve), ni al comentario de Marín en La Verdad que me ha gustado más. Esta novela te va a convertir en uno de los hombres notables de Orihuela. Además, ya han empezado a reconocerte y distinguirte como un escritor que ha hecho bastante por Orihuela al nombrarte Caballero de la Orden de San Antón.  Esto es muy gratificante para un hombre como tú que ama entrañablemente a su pueblo.

      Sin embargo a mí tu libro no me ha dejado satisfecho, me he quedado "con ganas de más". Te aclaro que en la escala de valores con la que manejo mi vida, no hay lugar a la envidia ni a los celos. Son bajas pasiones que no me acechan. Créeme que tomo tus éxitos con tanta alegría como si fueran míos. Por lo tanto no debes tomar mis observaciones a tu libro como si quisiera quitarle méritos. Todo lo contrario, deseo que mejores.

     ¿Cuales son nuestros puntos débiles que no les gustan a las editoriales importantes?:


  a) Son demasiado autobiográficos y las biografías que interesan y se venden son las de grandes hombres, Churchill, Napoleón, Freud, etc. A nadie le interesan las biografías de hombres comunes como tú o yo. Nadie nos conoce, salvo en nuestro pueblo. Nada extraordinario ha ocurrido en nuestras vidas y no somos famosos ni siquiera populares ¿Por qué alguien se va a interesar en nuestras sencillas vidas?. (Bien es verdad que no han sido sencillas sino muy luchadas, pero casi todas las vidas son así). En mis novelas se nota demasiado que yo soy Rodrigo y en la tuya se nota mucho que tú eres Javier. Aunque has tenido un gran acierto al prolongar la historia de Javier hasta el año 2025.

  b) Nuestras novelas, las tuyas y las mías, son demasiado localistas. Amamos tanto a Orihuela que no cesamos de mencionar sus calles, sus tiendas, sus costumbres, etc. etc., cosas que gustan mucho en nuestra ciudad pero que no interesan en el orden nacional.
  
    Un día yo estaba parado delante del escaparate de Estruch en la calle Mayor y se acercaron un par de hombres jóvenes de treinta y tantos años. Ellos no me conocían y uno le preguntó al otro: "¿Quién es este escritor que en sus títulos siempre pone el nombre de Orihuela? La respuesta que me dejó muy pensativo fue la siguiente: "Es un viejo oriolano nostálgico que escribe novelas para los ancianos de su edad."

    Bueno, Antonio, lo que quiero decir es que anhelo para ti una novela de alcance nacional, no solo oriolana. Escribes muy bien. No hay manera de encontrar en tus escritos algún fallo gramatical. Puedes hacerlo pues aún eres joven, tienes diez años menos que yo.  Ya has conseguido el objetivo de que tu pueblo te reconozca, te distinga, te respete y te quiera. Ahora tienes que ir a por todas. Necesitas un libro de 150 páginas (no a doble espacio. Los libros importantes no se escriben a doble espacio). A mí no me quedan fuerzas. Tú deberías intentar ese salto. No importa el tiempo que te lleve. Aunque tardes tres o cuatro años. Un libro de ficción, una buena historia que atraiga a los jóvenes. Los viejos ya no leemos y sólo podrás vender trescientos libros. Redactas bien, muy bien, pero eso no te convierte en escritor. Serías un buen periodista y eres un excelente articulista. Has demostrado que también puedes meterte en la narrativa larga. Pero el próximo paso tiene que ser intentar el vuelo alto de dejar de lado el localismo y la autobiografía.


    Ojalá me interpretes bien y no creas que esté desmereciendo tu libro que es excelente. Pero quisiera que te fijaras ahora una meta más alta. 


    He olvidado decirte que lo más bonito de tu libro, lo que emociona, es la calidez humana con que está escrito. La ternura que rezuma todo el libro. La recta línea de conducta de Javier y su valentía frente a las dificultades. No cualquier escritor es tan ameno y pone tanto amor en su obra. En Orihuela va a gustar mucho. Un abrazo, Lillo.

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           Florentino Perea, desde La Línea de la Concepción (Cádiz)

 

       Querido amigo Antonio: en primer lugar quiero decirte que acabo de leer tu libro y te diré que conforme lo iba leyendo, procuraba relentizar la lectura para disfrutarlo por mas tiempo, he disfrutado, tanto cuando el zagal Javier vivía en su Orihuela natal, cuando decidió levantar el vuelo e irse a Madrid a buscarse la vida después de hacer su servicio militar, así como en el  transcurso de su vida familiar con su Sra: Cochita, sus hijos y sus trabajos, época  de seda. La época del esparto, dura pero real como la vida misma y fenomenalmente redactada, sólo me queda felicitarte de todo corazón amigo Antonio.

        También he leído tu trabajo publicado en la revista Portada "VEGA BAJA" sobre San Antón el eremita, con el que he aprendido cosas que desconocía.

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MATI BAUTISTA, REVISTA CULTURAL INDEPENDIENTE  "NUMEN" DE ALICANTE  (Edición sept. 2010) 

 



Con motivo de la pasada “Feria del libro” en este caluroso verano alicantino, nos reunimos, nuestra colaboradora de la revista “Numen”, Carmen Ramos Pastor, y yo, para comentar nuestras respectivas adquisiciones de autores cercanos con sus temas variopintos e interesantes. Ella, Carmen, es una asidua lectora que admira a sus amigos escritores, adquirió algunos libros.

Intercambiamos y reflexionamos a nuestro modo, el mensaje que cada uno transmitía con su personalidad y vida propia, hasta llegar a sentir el latir de cada escritor a través de sus páginas. 

Antonio Colomina en su libro “Como la seda y el esparto” (Memorias de un zagal de la posguerra), nos cuenta la trayectoria de una familia de clase media, yo añadiría desahogada, amante de las tradiciones, que disfruta con ellas recreándose en cada una, y que vive con fulgor y devoción los acontecimientos acaecidos durante el año. 

Una familia clásica de la Vega del Segura, cuyo sello especial de identidad Orihuela, se encarga de transmitir a cada ciudadano y vecino que se precie, al margen de su condición social, política o cultural. La familia de Javier, supo en cada momento, qué tenía que hacer para el buen funcionamiento de la institución que para ellos era la unión de la familia, salvo contadas ocasiones, que por su rudeza, eran más difíciles de determinar. 

Una biografía novelada sin sobresaltos, hasta que llega el cambio brusco, determinado por una grave enfermedad en el seno de la familia. Todo el libro está tratado con sumo cuidado y si lo que ha pretendido Antonio Colomina es dejar un bonito legado a sus sucesores, lo ha conseguido. El resto de los mortales hemos dado un vistazo a unos tiempos pasados, en los que también nos sentíamos protagonistas. 



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Periódico impreso y digital "ACTIVA ORIHUELA"

 

Comentario: Antonio Peñalver - Orihuela

 

La vida cotidiana de Orihuela en un libro de Antonio Colomina Riquelme

 

 

Orihuela cuenta desde el pasado jueves con un nuevo libro sobre su historia, aunque ése no haya sido el objetivo de su autor. No narra grandes vicisitudes acaecidas en la ciudad, sino esa otra historia que conforman los hechos de la vida cotidiana de la Orihuela de mediados del siglo XX que han permanecido imborrables en la memoria de su autor, Antonio Colomina Riquelme (Orihuela 1940).
Se trata de un exhaustivo repaso no sólo por las vivencias y anécdotas personales del autor, sino por la fisonomía de la ciudad entre 1940 y 1960 en cuanto a establecimientos comerciales y personajes. Su nombre es ‘Orihuela. Sus calles, sus plazas, sus gentes...’. El libro se completa con un capítulo llamado ‘Misceláneas y curiosidades’, donde se recogen una serie de acontecimientos, como riadas, rogativas y actividades relacionadas con la Semana Santa, además de un glosario con términos populares del habla de la ciudad.
Numeroso público se congregó en el Conservatorio Municipal de Música ‘Lonja Municipal’ en un acto que presentaron el magistrado oriolano Julio Calvet Botella, presidente de la Sección 9ª de la Audiencia Provincial de Alicante, y José Antonio López Vizcaíno, editor jefe de ECU y presidente de la Asociación Provincial de Libreros. En Orihuela se puede comprar en ‘Codex’ y ‘Estruch’ y está editado por la Editorial Club Universitario (ECU). «Tengo en mente publicar un tercer trabajo sobre Orihuela -avanza Colomina-, pero no tengo una fecha fijada para hacerlo».

 

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 José M. López Casas  Alicante, 22/04/2006

 

Considero este libro muy interesante para cualquier oriolano y para aquellos que no siendo oriolano le interese saber algo de la idiosincrasia de este pueblo. Además, por similitud, su lectura puede transportarte a cualquier pueblo de la España de la época de los 50-60. Mi opinión es que "Orihuela Dulce Pueblo" es un buen libro, que está muy bien escrito y muy ameno por su variedad de temas tratados en él.

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 Manuel Luzán Santos, Alicante, 26/04/2006

 

    No soy de Orihuela, pero tengo por costumbre leer libros que traten de la historia de pueblos y ciudades españolas. Adquirí "ORIHUELA, DULCE PUEBLO" en el Corte Inglés de Alicante y he quedado muy satisfecho, ya que es una lectura cómoda y refleja muy bien las vivencias de la juventud de los años 50-60.


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Cristian Ivorra, Alicante, 07/05/2006

 

   Orihuela dulce pueblo, me parece un libro muy ameno, tiene unos relatos de la juventud de las décadas 50 y 60 que reflejan extraordinariamente bien la sociedad española de esa época. Me ha gustado mucho. También he notado el alma que ha puesto su autor Antonio Colomina al escribirlo y el cariño que se le desprende hacia su tierra. MUY INTERESANTE.


 

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Agustín Conchila, Alicante, 10/06/2006


 

    Orihuela, dulce pueblo, me parece un libro muy ameno, aunque trata de las vivencias de su autor Antonio Colomina en su ciudad natal, yo he visto muchas anécdotas que son muy similares a las que yo viví en mi tierra. Me parece muy interesante su lectura.

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Nuria Puerta, Alicante, 27/06/2006

 

   Fui a la presentación de éste libro y lo adquirí en ése momento. Me ha gustado mucho porque me ha recordado bastante las vivencias de mi pueblo. Lo aconsejo como lectura estival.

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